Este 10 de julio se celebra el Día del Carpincho, una fecha que rinde homenaje al roedor más grande del mundo y a su importancia en los ecosistemas sudamericanos. El Hydrochoerus hydrochaeris, conocido por su andar tranquilo, su amor por el agua y su rostro siempre sereno, se ha ganado no solo el respeto de la biología, sino también el cariño popular…
Originario de Sudamérica, el carpincho es un símbolo de la fauna ribereña, y en provincias como Entre Ríos, forma parte del paisaje cotidiano de reservas, termas, parques naturales y márgenes del río Uruguay. Su convivencia pacífica con otras especies y su capacidad de adaptación lo han convertido en un verdadero embajador de la biodiversidad.
El carpincho no solo se ha vuelto popular en redes sociales por su “modo zen” y estilo de vida relajado, sino que también se lo reconoce como una especie clave en los humedales, colaborando con el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
En muchos puntos del país, se lo puede observar en libertad, especialmente en áreas protegidas y parques naturales, donde se promueve su cuidado y conservación.
En Concordia, el carpincho no solo es parte del entorno natural, sino también parte de la identidad turística local. Desde hace tiempo, la propuesta de conocer la ciudad “en modo carpincho” invita a turistas y vecinos a tomarse el tiempo para disfrutar del paisaje, de las termas, de los atardeceres junto al río, y de un ritmo más conectado con la naturaleza.
Y si hablamos de turismo y carpinchos, CODESAL (Corporación para el Desarrollo de Salto Grande) no se queda atrás. Con su propuesta de Turismo en Modo Carpincho, promueve una experiencia slow en los espacios termales y recreativos de la región, apostando por una conexión más tranquila, amigable y sustentable con el entorno.