La realidad nos muestra que los salarios de los trabajadores se encuentran en vertical caída .Imposible alcanzar una inédita inflación sin freno.-
La vigencia del sistema previsional depende de la contribución formal de los trabajadores en actividad. Las jubilaciones perdieron un 31 % en los últimos 7 años.-
Los hombres y mujeres del trabajo que han aportado durante 30 o 40 años y aún más al sistema reciben hoy como contraprestación del estado un verdadero saqueo en sus magras remuneraciones.-
Un mecanismo perverso y un desmanejo de la cosa pública en extremo ineficiente condena a los adultos mayores aportantes a la agónica y consecuente desaparición de la vida en comunidad. Se vive y se comprueba esto en carácter real y no metafórico.-
En los últimos 20 años han perdido el 60 % y hasta el 70% del poder adquisitivo de sus ingresos de acuerdo a estudios y estadísticas calificadas.-
Quienes han estudiado, trabajado y aportado correcta y legalmente al régimen jubilatorio no reciben ni remotamente con lo que han contribuido en todo su ciclo laboral activo.-
La Defensoría de la Tercera Edad, organismo autónomo encargado de proteger los Derechos de las personas Mayores, reportó a principios de Abril del año en curso que la Canasta Básica de los jubilados cuesta $202.064 Pesos. “Estamos en una grave crisis de carácter humanitario” sentenció la institución.-
Las consecuencias en la vida diaria de los pasivos son realmente muy poco visibilizadas. Una agonía lenta que los gobiernos de turno y una sociedad individualista digitalizada e hiperconectada se muestran incapaz de percibir.-
Se escucha hasta el cansancio a una casta de dirigentes políticos con ambiciones inversamente proporcionales a sus capacidades, emitir opiniones vacías de contenido, excusas, culpas ajenas y soluciones diversas y erráticas que fracasan rotundamente cuando se impone la realidad.-
La altísima inflación y los sucesivos recortes han dejado a los adultos de la tercera edad en una situación calamitosa y de indigencia, convertidos hoy en una sub-clase por debajo de los trabajadores activos y aportantes que ya son pobres.-
¡Cuidado con la marginación de nuestros antecesores!
Debemos urgentemente defender y proteger a nuestros padres y abuelos.- No hay tiempo para la retórica porque sus vidas se terminan por el inevitable paso del tiempo.-
Responsabilidades institucionales eludidas, con las consiguientes deficiencias sociales; la pobreza, o una drástica reducción de los ingresos y de los recursos económicos que puedan garantizar una vida decorosa y la posibilidad de recibir atenciones adecuadas, y el alejamiento más o menos progresivo de los hombres y mujeres de avanzada edad del propio ambiente social y de la familia son los factores que los ubica al margen de la comunidad humana y de la vida cívica.-
La dimensión más dramática de esta marginación no buscada y menos pensada por ellos es la falta de relaciones humanas que hace sufrir a la persona anciana, no solo por el alejamiento, sino por el abandono, encadenados a su soledad y el aislamiento.-
No imaginaron nunca, cuando trabajaron en toda su etapa productiva dejando lo mejor de sí para el bien común, terminar sufriendo hoy una existencia desoladora.-
Evitemos nosotros, los trabajadores activos, este triste y solitario final.-
CONSEJO EJECUTIVO.-
CONFEDERACION GENERAL DEL TRABAJO
C.G.T. REGIONAL CONCORDIA.-