
En muchas ciudades del país, los semáforos pasan a modo intermitente después de la medianoche para agilizar la circulación cuando el tránsito disminuye. Se trata de una práctica habitual que busca evitar demoras innecesarias, reducir consumo eléctrico y permitir que vehículos de emergencia se desplacen sin trabas.
Sin embargo, en Concordia, esta situación genera dudas y preocupación entre los vecinos, ya que no existe una ordenanza específica que regule de manera clara cuándo, dónde y por qué los semáforos deben quedar intermitentes.
Aun así, numerosos cruces, incluyendo avenidas, bulevares y esquinas de alto tránsito, pasan a funcionar con luz amarilla intermitente durante la madrugada. Y lejos de mejorar la seguridad vial, en ciertos sectores termina creando condiciones propicias para incidentes de tránsito.
La ausencia de un marco normativo actualizado, o de una comunicación oficial sobre qué semáforos funcionan así y puntualizar en el por qué, deja a los ciudadanos sin referencia y genera un vacío que impacta directamente en la seguridad vial.
En la mayoría de los centros urbanos, la intermitencia nocturna está reglamentada, con horarios definidos, listado de esquinas exceptuadas y señalización adicional en avenidas de mayor riesgo.
En Concordia, en cambio, la decisión parece responder a criterios operativos internos, sin que la población tenga acceso a un protocolo claro o actualizado según lo que manifiestan los ciudadanos que se han contactado en el último tiempo con la redacción de Concordia 24.
Mientras tanto, la ciudad convive con semáforos intermitentes que, lejos de ordenar, en algunos casos suman riesgos a la noche concordiense.

