«De las piernas para arriba estaba quemado y en descomposición. Lo que me llamó la atención fue el olor, porque era fuertísimo y diferente», relató el trabajador rural que halló el cuerpo del ginecólogo asesinado.
Nelson Rovasio es un trabajador rural de 23 años que realiza tareas en un campo de la localidad cordobesa de Luxardo, a pocos kilómetros de San Francisco. El jueves pasado por la tarde, cuando se dirigía a buscar leña, la perra que lo acompañaba comenzó a ladrar y a correr hacia una zona de pastizales.
La inquietud del animal tenía un motivo que Rovasio descubrió pronto: había encontrado el cadáver de Daniel Casermeiro, el ginecólogo de San Francisco que había desaparecido el 19 de diciembre pasado, y a quién policías y bomberos buscaban con intensidad.
El hallazgo del cuerpo por parte del joven puestero se produjo alrededor de las 19hs. Pocas horas después, la fiscalía que investiga el caso, a cargo de Bernardo Alberdione, confirmaba que se trataba del cuerpo de Casermeiro. Además, la autopsia revelaba que el ginecólogo había sido ultimado de un balazo en la nuca y su cuerpo estaba parcialmente quemado.
«El olor era fuertísimo»
El puestero manifestó que, tras el hallazgo, sufrió una crisis nerviosa. «Casi me desmayo», señaló en declaraciones a la radio local 102.5. Esa crisis, sin embargo, no le impidió recordar los detalles de la vestimenta de la víctima: pantalón de jean azul oscuro, zapatillas, cinturón y camisa blanca.
Los rastrillajes de búsqueda para encontrar a Casermeiro, encabezados por la Unidad Regional Departamental San Justo, fueron intensos e incluyeron perros y drones. Tres días después de desaparecido el ginecólogo, en los rastrillajes hallaron su auto, un BMW cupé Blanco, en la misma zona rural, a unos siete kilómetros de donde la casualidad hizo que Rovasio hallara el cadáver del médico.
En el vehículo había lingotes de oro, joyas de alto valor, 800.000 pesos y algunos dólares, lo que le daba todavía más misterio en torno a la desaparición.
El lugar de hallazgo
El campo en el que Rovasio halló al ginecólogo se encuentra a la vera de un viejo camino a Luxardo, una localidad a 16 kilómetros de San Francisco por la ruta 1, y próxima al límite con la provincia de Santa Fe. El joven explicó que el cadáver se encontraba lejos de la ruta y que había que acercarse mucho para verlo.
«Yo primero entré a la parte del maíz y cuando pegué la vuelta (donde se ve soja también) empezó a ladrar la perra, la seguí y lo encontré (al cadáver), pero había pastos de 1.20 metros de alto», aclaró el joven.
Rovasio también contó que se vivía en la zona una situación «anormal» hacía unos días, y que lo notaba por los perros del lugar. «No se sentía olor desde el campo pero los perros venían toreando y se metían al maíz hacía tres o cuatro noches. Subí a los silos pero no se veía nada raro», relató.
Por el crimen de Casermeiro se encuentra detenido Gerardo Gette, imputado por homicidio calificado agravado por alevosía. El sospechoso del asesinato -«a traición», como lo definió el fiscal de la causa- era conocido del ginecólogo y compartieron algunos negocios.
Ginecólogo asesinado: Tenía un balazo en la nuca y estaba incinerado en un 50%
Con respecto a la recompensa de un millón de pesos que ofrecía la familia del ginecólogo para quien aportara datos de su paradero, Rovasio, que tiene esposa y una hija pequeña, declaró que eso queda a disposición de la familia. «Están pasando por un momento de mucho dolor y no es fácil la situación que están atravesando», dijo en la entrevista con la emisora local.