A quien corresponda:
Nos dirigimos a la comunidad deportiva y a las autoridades competentes para expresar nuestra profunda preocupación y dolor por el pésimo estado en el que se encuentran actualmente las instalaciones del Club Regatas Concordia, una institución con más de 100 años de historia que supo ser referente no solo en la ciudad, sino también a nivel nacional.
Desde hace más de una década, el club atraviesa un grave deterioro dirigencial y edilicio, producto de la falta de gestión y del desinterés por preservar el patrimonio que representa. Lo que alguna vez fue un club náutico de excelencia, con disciplinas como remo, canotaje, vela y natación, hoy apenas sobrevive gracias al esfuerzo de un reducido grupo de socios que aún sostienen el remo y el canotaje.
La situación de la infraestructura es alarmante:
Baños y duchas en condiciones indignas para los pocos deportistas y socios que aún buscan disfrutar de la institución.
Una pileta climatizada de medidas reglamentarias, otrora orgullo del club, hoy cubierta por el agua estancada de la última inundación, convertida en un foco de mosquitos y alimañas desde hace meses.
La torre de control histórica, monumento de gran valor para la aviación argentina y testigo del arribo del famoso hidroavión que unía Concordia con Buenos Aires, se encuentra en total abandono, como si su historia no mereciera ser preservada.
Lo que fueron espacios sociales y de encuentro, como el buffet y las habitaciones con más de 20 plazas, hoy no son más que depósitos olvidados.
A esta penosa realidad se suma la falta de vida institucional y democrática: desde el año 2009 no se realizan elecciones como corresponde, con la convocatoria y la participación que una institución de este prestigio requiere. Hoy, los socios desconocen incluso quién es el presidente en funciones.
El Club Regatas Concordia fue cuna de grandes deportistas, entre ellos Javier Busch y Guillermo Perez -Seleccion Nacional de Remo representando al Club Regatas Concordia- como asi tambien la familia Garaycoechea en Canotaje.
Por nuestras instalaciones paso nada menos que Alberto Demiddi, campeón olímpico de remo, como asi también fuimos refugio de inmigrantes que encontraron allí un espacio de integración y familia en las epocas gloriosas de nuestra ciudad.
Es cierto que las crecientes del río han afectado al predio, pero esa no puede ser una excusa para no trabajar. Otras instituciones hermanas de la ciudad —Club Pesca, Comunicaciones, Libertad, Centro Empleados de Comercio o Santa María de Oro también han atravesado dificultades, pero con esfuerzo y compromiso han sabido salir adelante.
El Club Regatas Concordia no puede limitarse a ser escenario de torneos comerciales o de veteranos de fútbol. Su razón de ser fue y debe seguir siendo la náutica, el deporte, la familia y la integración social.
Por todo esto, hacemos un llamado a la reflexión y a la acción:
A quienes hoy tienen responsabilidades dirigenciales, para que convoquen a elecciones transparentes y democráticas.
A los ex socios y familias que alguna vez disfrutaron de tardes inolvidables en el pontón, para que recuperen el sentido de pertenencia.
A toda la comunidad concordiense, para que entre todos defendamos este patrimonio histórico, cultural y deportivo que no merece desaparecer.
El Club Regatas Concordia es más que un predio: es historia, es deporte, es familia. Y no vamos a resignarnos a verlo morir en el abandono.
Atentamente,
Grupo de exsocios del Club Regatas Concordia.