“Los vecinos se encuentran para reflexionar y compartir experiencias de sinodalidad y protagonismo de los laicos, ante los desafíos coyunturales…” es el propósito y objetivo de la edición número 37º del Encuentro de Diócesis de Frontera, que se realiza del 19 al 21 de mayo en Corrientes congregando allí a hermanos de las diócesis de Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay.
Es este un camino sinodal que data de más de 30 años, y dónde las diócesis de los países que integran el MERCOSUR buscan desde la fe y con toda la riqueza de la doctrina social de la iglesia, iluminar las realidades sociales que viven, preocupan y desafían a la región.
“Una frontera es límite” pero también es “posibilidad, lugar de intercambios y encuentros entre diferentes culturas, historias, realidades y experiencias de fe” sostuvo Fray José Adolfo Larregain ofm, arzobispo de Corrientes, en la misa inaugural celebrada en la basílica de Ntra. Sra. de Itati.
“Se nos llama a ser puentes, construir lazos de unidad y participación, especialmente donde las diferencias parecen dividir” y es allí mismo donde “contemplamos la imagen de la Iglesia misma: una comunidad que construye, respeta, complementa e integra lo diverso” enfatizó monseñor José Adolfo.
“¿Cómo ser testigos del Evangelio en medio de las complejidades del presente? ¿Cómo ser luz y sal en el mundo marcado por las injusticias, desigualdades y sufrimientos? ¿Cómo hacer realidad entre nosotros el trabajo sinodal?” fueron algunas de los interrogantes que planteó el obispo anfitrión y que seguramente reflexionarán durante estas jornadas de encuentro.
No obstante, a modo de anticipo monseñor José aseguró que es “en estos contextos en donde tantas personas sufren a causa de la violencia, pobreza y exclusión” donde “la fe interpela compasión, compromiso y acción”. “Estos tiempos con acento sinodal -dijo- nos desafían a la integración y la cooperación” a ser “un faro de esperanza que estimula para construir un futuro próspero y sostenible en estas regiones”.