El emprendedor como concepto de cultura

En la mañana de este miércoles se llevó a cabo una capacitación sobre packaging para emprendedores, organizada por la Municipalidad de Concordia a través de la Dirección de Cooperativismo y Asociativismo.

 

La actividad estuvo destinada a emprendedores de la economía social y fue dictada por los técnicos Martín Denis y Fabio Zambon, con la coordinación de Alejandro Martínez.
Lo que en principio parecía una capacitación más dentro de la agenda institucional, derivó en un espacio de diálogo con un enfoque más humano y cercano a la comunidad.

La jornada comenzó con las palabras protocolares del director de Cooperativismo y Asociativismo, Ariel Gorostegui, quien reafirmó la necesidad de este tipo de encuentros y alentó a los presentes no solo a seguir apostando al emprendedurismo, sino también a capacitarse, compartir ideas, criticar constructivamente y aportar a la construcción colectiva de nuevos espacios.

A medida que la capacitación avanzaba entre teoría y ejemplos, la charla fue mutando hacia una conversación abierta sobre la cultura emprendedora. ¿A quién le vendo mi producto? ¿Qué esperan ustedes? ¿Qué ven en la imagen? Las preguntas se sucedían y daban lugar a un clima de camaradería entre quienes recién se sumaban y aquellos que ya se conocían como parte del ecosistema productivo local.

El encuentro invitó a pensar a los presentes como verdaderos dueños de negocios. Cuando surgieron frases como “bueno, pero somos feriantes”, los capacitadores y el coordinador no dudaron en revertir esa mirada: “Nunca sabemos en qué se va a transformar lo que hacemos; hay colegas de ustedes que ya compiten o exportan”.

Ese fue uno de los momentos clave para pensar también en nociones como “economía social”, “economía sustentable” y hasta en la posibilidad de ser, cada uno desde su lugar, parte activa de una conciencia de cambio.

Otro de los ejes centrales fue desmitificar la idea de que hablar de economía social es hablar de una “economía de pobres”. Por el contrario, se revalorizó este modelo como una forma de economía basada en la colaboración, el trabajo con productos locales y el aporte a una mirada más inclusiva y sostenible del desarrollo económico de la ciudad.

Finalmente, se subrayó que estas formas de producción y comercialización más lentas quizás en su llegada al cliente promueven una conciencia ambiental. Lo artesanal y lo local buscan diferenciarse: vender no es solo vender, sino brindar una experiencia consciente que invite tanto al consumidor local como al turista a vivir el producto de forma integral.

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