Estancia Grande no es un botín político

El intendente Javier Goldin pidió intervención policial tras denuncias de usurpaciones en Calabacilla
Vecinos apuntan contra un supuesto comunicador de Concordia que habría trasladado familias con prontuarios a terrenos del Estado para confrontar con la gestión municipal.

En la mañana del miércoles 3 de septiembre, el intendente de Estancia Grande, Javier Goldin, junto al primer concejal Héctor Mendieta, mantuvo una reunión con el jefe de la Policía Departamental de Concordia, José María Rosatelli, a raíz de los reclamos de los vecinos de Calabacilla.

 

La preocupación de la comunidad es clara: terrenos pertenecientes al Estado, bajo administración ferroviaria, fueron ocupados de manera irregular por personas provenientes de Concordia.

Según múltiples testimonios, detrás de la maniobra estaría la figura de un comunicador local, presunto dueño de una emisora radial, que habría promovido el traslado de estas familias con un solo objetivo: erosionar la gestión municipal de Goldin.

Lejos de tratarse de un acto solidario, los hechos se interpretan como una provocación política deliberada, en la que incluso se señala la presencia de personas con antecedentes judiciales entre los ocupantes. Una situación que eleva la tensión en la zona y que, de confirmarse, constituiría un grave atentado contra la seguridad y la paz social de Calabacilla.

 

Desde la municipalidad remarcan que no se puede permitir que intereses personales y mezquinos utilicen a familias vulnerables como peones en una interna política. “No se trata solo de una ocupación, sino de un intento de generar caos en una comunidad que quiere vivir en paz”, remarcaron allegados a la intendencia.

Goldin pidió a Rosatelli medidas concretas y mayor presencia policial para garantizar el orden y dar una señal clara: Estancia Grande no es tierra de nadie ni un botín disponible para la ambición de algunos.

Lo ocurrido en Calabacilla no solo desnuda la fragilidad de los terrenos del Estado frente a las usurpaciones, sino también la miseria de ciertos personajes que, amparados en un micrófono, creen tener licencia para sembrar conflicto. La comunidad exige respuestas, la gestión municipal reclama orden y la justicia deberá actuar. Porque la política puede tener diferencias, pero jamás debería jugar con la seguridad de la gente.

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