La cultura de las plantas: rescatar su lenguaje secreto

En un rincón de Concordia, María Paz Menoni cultiva algo más que hierbas: cultiva memoria. Su oficio no se limita a vender preparados o escribir libros; es, sobre todo, el de una guardiana de saberes que fueron comunes en otros tiempos y que hoy corren riesgo de perderse.

Su historia tiene un punto de inflexión en 2017, cuando un vendedor ambulante pasó frente a su casa ofreciendo “hierbas medicinales” como quien ofrece pan casero o algodón de azúcar. “Ese día pensé: esto es un mundo mágico, ¿por qué lo perdimos? Todos deberíamos saber curarnos con yuyos”, recuerda.

Desde entonces, recorre veredas, parques y orillas, identificando plantas que muchos pisarían sin mirar. Para ella, cada especie tiene un nombre, una historia y un uso. “Trabajo con las hierbas que crecen libres, las que parecen maleza, pero guardan un valor medicinal que viene de nuestros abuelos y de mucho antes”, cuenta.

La palabra que se vuelve a enraizar
Autodidacta y lectora incansable, se encontró con una ausencia: no había libros de plantas medicinales que explicaran en un lenguaje cercano, sin jerga técnica y con mirada humana. Decidió escribir Yuyos curativos, un manual pensado para que cualquier persona pueda iniciarse en este conocimiento. Mil ejemplares se agotaron en apenas tres semanas. “Eso me confirmó que hay una necesidad latente de reconectar con las plantas”, asegura.

Rondas herbales: comunidad y aprendizaje.

Además de sus libros, María Paz impulsa “rondas herbales”, los cuales son encuentros donde se procede a consumir infusiones con un propósito definido, entre ellos: depurar el hígado, fortalecer defensas, relajar el sistema y además, un espacio para compartir experiencias. “Es una forma de aprender en comunidad, como se hacía antes, transmitiendo el saber en ronda, de persona a persona”, explica.

Una de sus últimas creaciones, fue una propuesta que incluía formar a otros para que también puedan enseñar. “Necesitamos más voces que difundan este conocimiento, que lo hagan parte de la vida cotidiana y no lo vean como algo excéntrico o aislado”. Comentó que le sorprendió la buena recepción que tuvo y que los cupos para la primera formación se agotaron en pocos días.

El territorio como biblioteca viva
Menoni, conoce de memoria el mapa silvestre de nuestra ciudad de Concordia: sabe dónde crece cada especie y el momento justo para recolectarla. También selecciona proveedores que trabajen con respeto por el suelo y la planta. “No es solo comercio: es una relación cultural con el territorio. Cuando usamos lo que crece cerca, también nos reconocemos en el lugar que habitamos”.

Para ella, este vínculo con las plantas es tan natural que sus hijos lo viven como parte del juego. “Mi hijo más chico conoce los nombres de todos los yuyos que crecen en el patio. Es lindo que lo aprendan, pero también hay que enseñarles a respetar lo que se consume”, advierte.

Mientras reimprime sus libros agotados y lanza nuevas publicaciones como el protocolo para desparasitarse y depurar el hígado, sigue compartiendo recetas y consejos, como su “shot inmunológico” para el invierno. Pero, más allá de la utilidad inmediata, lo que propone es un cambio de mirada: “Las plantas no son solo remedios. Son parte de nuestra cultura, de nuestra historia y de nuestra forma de vivir”.

Podes encontrarla en su Instagram como: @hierbascamino

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