La enseñanza de la educación sexual en todas las escuelas sigue pendiente y el proyecto cayó

Cayó el proyecto de ley que buscaba que la educación sexual se cumpla en todo el país.

Desde septiembre del año pasado tenía dictamen de las comisiones de Educación y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia en Diputados. Pero al mismo tiempo había generado un fuerte rechazo de grupos que, con pañuelos celestes, salieron a manifestarlo en las calles.

El proyecto modifica algunos artículos de la ley de Educación Sexual Integral (de 2006) con el objetivo de reforzar la obligatoriedad y buscar, así, que se cumpla en todo el país, algo que no ocurre en estos momentos. Para los sectores celestes, en cambio, el objetivo era “imponer la ideología de género”.

Tras distintos intentos de ser tratado en el recinto, el proyecto finalmente, el pasado sábado 30 de noviembre, perdió su estado parlamentario. Fuentes parlamentarias dijeron en ese momento que, de todos modos, el año que viene volverán a presentarlo. La discusión se dará, entonces, en el marco de un nuevo debate sobre la interrupción legal del embarazo si, como dijo el presidente electo Alberto Fernández, el próximo gobierno efectivamente impulsa esa ley.

El proyecto ya caído había nacido precisamente en el marco del encendido debate sobre el aborto legal del año pasado. Entonces, voces de todos los colores habían dicho que estaban de acuerdo en que, para reducir la cantidad de embarazos no deseados -sólo de niñas y adolescentes son más de 100 mil por año en el país, se informó en Clarín-, había que garantizar que todos los alumnos reciban educación sexual integral (ESI). Algo que está lejos de pasar.

Es que a pesar de que la ESI es ley desde hace 13 años, y que en las pruebas Aprender los mismos estudiantes reclaman más educación sexual, lo cierto es que la norma aún no se cumple. Hay escuelas, incluso provincias, que le ponen trabas y no lo implementan. Por eso este proyecto de ley.

Algunos cambios

Entre los principales cambios que introducía a la ley de ESI original está que pasaba a ser de “orden público” (esto refuerza la obligatoriedad) y que suprimía del texto de la ley la posibilidad de que cada escuela adapte la ESI a “su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. Para los autores del proyecto este texto funcionaba como “una excusa” para que algunas escuelas no ofrezcan educación sexual.

Además, establecía que las autoridades de las provincias debían presentar un informe semestral sobre el avance de la implementación; y que los aprendizajes de ESI serían medidos en los operativos de evaluación, al estilo de las pruebas Aprender.

Este año no pudo ser. Es importante analizar quienes no votaron a favor y de qué partidos, ya que si el nuevo Gobierno impulsa la ley y se mantienen algunos nombres, la resultante podría ser similar.

En Entre Ríos

En la provincia de Entre Ríos, en julio de 2003 se sancionó una Ley sobre la creación del Sistema Provincial de Salud Sexual y Reproductiva y Educación Sexual. En su artículo 1º dice, entre otras cosas, que “la misma funcionará dentro del ámbito de la Secretaría de Estado de Salud de la Provincia”, agregando que “el mismo coordinará la información, asesoramiento, capacitación y prestación de servicios en materia de salud sexual y reproductiva y de educación sexual”.

Manifiesta también que “serán objetivos del Sistema: a) Garantizar la gratuidad del Servicio a toda persona, en especial a hombres y mujeres en edad fértil, el derecho a decidir responsablemente sobre sus pautas de reproducción, asegurando el acceso a la información procreativa en forma integral y la educación sexual en todos los ámbitos.

En todos los casos, se deberán respetar sus creencias y valores. b) Promover la reflexión conjunta entre los adolescentes y sus padres, sobre la salud sexual y reproductiva y sobre la responsabilidad con respecto a la prevención de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual. c) Orientar e informar a la población sobre el ejercicio de la sexualidad con perspectiva de género. d) Evitar la práctica del aborto provocado. e) Prevenir la morbimortalidad materno-infantil. f) Detectar y prevenir y tratar enfermedades transmisibles sexualmente y el cáncer génitomamario. g) Impulsar la participación del componente masculino de la pareja en el cuidado del embarazo, el parto y el puerperio, la salud reproductiva y la paternidad responsable. h) Orientar y asistir a los dos componentes de la pareja en asuntos de infertilidad y esterilidad. i) Promocionar los beneficios de la lactancia materna. j) Favorecer períodos intergenésicos no menores a dos años”.

También se indica: “Los responsables del Sistema deberán articular políticas y acciones con el Consejo General de Educación (CGE) a los efectos de lograr el asesoramiento integral y constante de todos los agentes involucrados en el Sistema y la difusión de información a toda la población” y agrega: “Educación Sexual. El Consejo General de Educación diseñará e implementará políticas de educación sexual y garantizará recursos, financiamiento y formación docente. El Estado Provincial impulsará la formación académica en Sexualidad Humana en la Educación Superior y Universitaria y simultáneamente la capacitación de los profesionales en ejercicio (…)”. La norma es más extensa, pero de lo expuesto se extrae que la ley fija, entre otras cosas, la obligatoriedad de la misma en las escuelas.

Más datos

Casi quince años después de la primera ley que durante el gobierno de Sergio Montiel instrumentó en las escuelas un programa de educación sexual -que mencionáramos antes y que nunca se aplicó acabadamente-,Gabriela Lena, en ese momento diputada provincial, impulsó la aplicación de un programa “obligatorio” en todas las escuelas para que se dicte educación sexual, y que ésta sea con perspectiva de género, un aspecto que, hasta ese momento la Iglesia Católica había conseguido hacer borrar de los programas que ha aprobado el Consejo General de Educación (CGE).

En el artículo 4º se exponía: “La educación sexual integral es de carácter obligatorio y está destinada a estudiantes de todos los niveles y modalidades del sistema educativo, que asisten a establecimientos públicos, públicos de gestión estatal y privada, desde el nivel inicial hasta el nivel superior de formación docente, incluyendo al Programa a las familias de dichos estudiantes con motivo de fomentar la integración de todo el círculo familiar. La implementación de la modalidad para la integración familiar quedará a criterio de cada establecimiento educativo”.

Pero a pesar de esto, se sigue esperando, más allá de la necesidad de brindar educación sexual en las escuelas, lo que es innegable.

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