En el marco del Día Nacional de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), que se conmemora cada 19 de agosto, el Ministerio de Salud de Entre Ríos instó a extremar las medidas de higiene y manipulación segura de alimentos para prevenir esta enfermedad, que puede ser mortal y es una de las principales causas de enfermedad renal crónica en niños.
La cartera sanitaria recordó que los menores de cinco años no deben comer carne picada en ninguna presentación (hamburguesas, albóndigas, empanadas, entre otras), dado que durante el proceso de picado las bacterias presentes en la superficie de la carne se trasladan al interior, lo que dificulta alcanzar temperaturas adecuadas para su eliminación.
El SUH es una patología grave que se caracteriza por falla renal aguda, anemia hemolítica microangiopática (se produce cuando los glóbulos rojos son dañados y fragmentados al pasar por los vasos sanguíneos pequeños), plaquetopenia (recuento bajo de plaquetas en la sangre), y puede producir la muerte o dejar secuelas de por vida, además de ser una de las principales causas de enfermedad renal crónica. Afecta con mayor frecuencia a menores de cinco años, aunque puede presentarse durante toda la infancia, y se transmite por el consumo de alimentos o agua contaminados con la bacteria que tiene la toxina Shiga.
La carne cruda o mal cocida es una de las principales fuentes de contagio, especialmente en preparaciones como hamburguesas o albóndigas gruesas que no alcanzan la cocción completa. También pueden transmitirla frutas y verduras mal lavadas, lácteos no pasteurizados o que hayan perdido la cadena de frío, agua no segura y natatorios contaminados.
Florencia Seghesso, nefróloga y pediatra del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, subrayó: «El Síndrome Urémico Hemolítico no solo pone en riesgo la vida de los niños, sino que puede dejar secuelas renales de por vida. La prevención es la herramienta más poderosa que tenemos, y empieza en casa, con la correcta higiene y cocción de los alimentos».
Los síntomas de alerta incluyen diarrea, palidez, decaimiento, disminución de la orina, sangrados o manchas en la piel. El tratamiento es de sostén y las complicaciones pueden ser neurológicas o renales, con distintos grados de enfermedad renal crónica.
Para prevenirla, el Ministerio de Salud recomienda lavarse las manos antes y después de manipular alimentos como también luego de ir al baño; cocinar bien la carne; evitar la contaminación cruzada en la cocina; consumir agua potable; garantizar que los lácteos sean pasteurizados y conservarlos siempre en frío.