La muerte duele, matar la vida duele más

Ante el doloroso hecho sucedido días atrás en la localidad de Puerto Yeruá, el padre Pablo Méndez, párroco de la parroquia San Isidro Labrador y de toda la Colonia Yeruá; deja una sentida reflexión.

PUERTO YERUÁ, COLONIA PUERTO YERUÁ
ESTANCIA GRANDE, CALABACILLA, YUQERÍ CHICO, COLONIA YERUÁ NORTE,
NUEVA ESCOCIA, CLODOMIRO LEDESMA, ESTACIÓN YERUÁ,

11 DE MARZO DE 2023

Queridos hijos, no puedo quedar callado cuando veo el dolor en cada uno de ustedes, en el ceno de la familia, en la sociedad, en nuestros pueblos, colonia y campos, en fin en nuestros barrios.

Dispénsenme un tiempo y reflexionemos juntos, animémonos a preguntarnos de corazón y crudamente ¿Por qué nos estamos matando? ¿Qué nos lleva al asesinato?

Muchas cosas duelen en la vida, pero duele más cuando matamos la vida misma. Matamos la vida cuando en la intimidad de la familia no hay diálogo, cuando no nos escuchamos, cuando no hacemos el vacio interior para que el otro pueda expresarse, cuando no aconsejamos bien a los hijos, cuando no les ponemos límites necesarios y nos desentendemos de ellos. Cuando el esposo, compañero de vida, no escucha y dialoga con la esposa, compañera de vida, y viceversa.

Matamos cuando en el barrio, con el vecino no somos solidarios, no velamos unos por otros, no nos escuchamos en nuestras necesidades, cuando delinquimos y nos robamos entre nosotros, tomamos lo que no nos pertenece y que, con esfuerzo y lucha, consiguió el otro.

Matamos cuando en la vida social y civil no somos empáticos, no bregamos por el bien común, damos vuelta la cara ante la corrupción y terminamos siendo cómplices del sistema corrompido.

Matamos cuando en la vida de nuestra fe no somos coherentes con lo que decimos profesar.
Matamos cuando quitamos la vida al semejante, en el vientre de la mamá, cuando por rencillas y presos de la ira nos dejamos llevar por lo más bajo y vil, privando de la existencia al que es igual que yo.

Matamos cuando vendemos drogas, sí, drogas, mariguana, cocaína etc. Matamos y nos volvemos asesinos. Matamos con el alcoholismo.

Como verán hay muchas formas de matar y volvernos asesinos de nuestros semejantes, de nuestros hermanos. ¿Que nos está pasando? ¿Por qué la ira en nuestros corazones, en nuestras vidas? ¿Por qué la intolerancia?

Reflexionemos, pensemos como familia, vecinos, sociedad, miremos lo más profundo de nosotros mismos y animémonos a un cambio, pactemos concordia, cordialidad, empatía, solidaridad. Pidamos y trabajemos por la justicia y nunca por la venganza. La justicia lleva a la paz, la venganza traerá siempre más muertes.

No matemos más, no nos matemos entre nosotros. No seamos indiferentes.

Dios los bendiga a todos y cada uno de ustedes.

Padre Pablo Méndez
Párroco de la Parroquia San Isidro Labrador del Yeruá.

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