La resiliencia como motor de la acción: El Plan EMAÚS promovido por CÁRITAS presente en los barrios vulnerables

(DECOS).- Las actuales condiciones de emergencia sanitaria golpearon fuertemente la vida cotidiana de los sectores más vulnerables de nuestro país. Lamentablemente la diócesis de Concordia no está excluida de esta realidad, por el contrario, en muchas comunidades el clima se recrudece aún más.

En este escenario es donde Cáritas encuentra su campo de acción y la esencia misma de su misión. Cientos de voluntarios han mantenido vigente los espacios educativos que se llevan adelante mediante el Plan Emaús porque entienden que en este tiempo de incertidumbres y escenarios complejos, la presencia, el acompañamiento, la contención y la asistencia de las familias constituyen pilares fundamentales para que las personas puedan atravesar estas situaciones.

Nora Enriquez, Coordinadora del Plan Emaús para la Diócesis de Concordia explicó que sólo durante la cuarentena más estricta a inicios de la pandemia (marzo 2020) el Plan Emaús detuvo sus actividades, pero buscando nuevos caminos y replanteando estrategias volvieron a funcionar todos los servicios desde mayo de ese mismo año. Según precisó la Coordinadora, el Plan Emaús ofreces diferentes espacios educativos como primera infancia, merienda, talleres de apoyo escolar, arte, música, deporte, además de los mochileros donde decenas de jóvenes salen en busca de los niños a los barrios para jugar con ellos en las plazas y espacios comunitarios.

En este sentido, el Plan Emaús está presente con sus diferentes servicios en las comunidades parroquiales Ntra. Madre de la Merced, Ntra. Sra. del Valle, Ntra. Sra. del Carmen, Ntra. Sra. de Pompeya y San Pedro Apóstol de la ciudad de Concordia. También está incluida en esta iniciativa la Parroquia San Isidro Labrador de Puerto Yeruá.

De acuerdo a lo precisado por Nora Enriquez, en la Parroquia Ntra. Madre de la Merced funciona primera infancia, apoyo escolar y talleres de arte y música, además de los mochileros, tanto en sede parroquial como así también en los Centro Pastoral San Antonio, San Agustín y El Toronjal.


En la Parroquia del Valle funcionan varios espacios educativos. En sede parroquial hay apoyo escolar y en el centro San Miguel se ofrecen talleres de arte y deporte. Plan Emaús también está presente en el Centro San Cayetano donde funciona el espacio de primera infancia, donde alrededor de trescientos niños reciben la merienda de lunes a viernes y donde se ofrece talleres de apoyo escolar y escuela de futbol, El espacio se ha convertido también en un punto digital.

Otra zona de acción territorial para esta iniciativa de Cáritas es la parroquia Ntra. Sra. del Carmen de Villa Adela, allí funcionan al igual que en la comunidad San Juan Bautista talleres de arte y ajedrez, y en el barrio Coelho se brinda la merienda para los niños de lunes a viernes, y los sábados los mochileros los visitan para jugar con ellos.
Por su parte, en la comunidad parroquia Ntra. Sra. de Pompeya se brinda en sede parroquial apoyo escolar y en el Centro San Judas Tadeo taller de música, además de la visita de los jóvenes mochileros. Éstos últimos también están presentes en la capilla María Auxiliadora de la Parroquia San Isidro Labrador de Puerto Yeruá.

 


La última comunidad en ingresar al Plan pero avanza a paso firme es San Pedro Apóstol con un taller de cocina y el grupo de mochileros conformándose. En la capilla San Pantaleón, perteneciente a San Pedro, funciona apoyo escolar dos veces por semana y el grupo de mochileros ya conformado y en plena misión.

Al momento de preguntar a Nora Enriquez sobre la situación que viven las familias en este tiempo de pandemia sostuvo que es muy complejo. Al inicio de la pandemia se recrudeció la situación, muchas familias la pasaron muy mal dado que su medio de subsistencia era el cirujeo y la venta ambulante; y no podían llevarlo a cabo. «Constatamos que la única institución que estuvo presente allí con las familias, trabajando para darles una mano fue Cáritas», sostuvo la Coordinadora, quién señalo además la precariedad en la situación sanitaria, por falta de conciencia en el cuidado de la salud y falta de suministro de medicamento, vacunas y atención médica del servicio público.

En este escenario de constante vulnerabilidad, los espacios educativos del Plan Emaús han asegurado un abanico de posibilidades para niños, jóvenes, familias y hasta barrios enteros. Las actividades compartidas, los talleres de capacitación, la presencia cercana y el acompañamiento generan en la comunidad un fuerte sentido de pertenencia y una gran red de contención. Sólo La vocación de servicio y el altruismo de cientos de voluntarios posibilitan la resiliencia de las comunidades ante situaciones que desestabilizan y sacuden la vida cotidiana.

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