Con la crisis económica como principal turbina de campaña del peronismo «racional», Juan Manuel Urtubey, Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y Sergio Massa mostraron ayer un bloque político propio en la primera cumbre conjunta que animaron en Capital Federal. El encuentro de los caciques del PJ anti-K, que se había pospuesto por el fallecimiento de José Manuel de la Sota, fue el lanzamiento virtual del armado electoral de los gobernadores, junto al jefe del Frente Renovador, para intentar abrir una tercera vía en 2019: ni macristas ni kirchneristas.
«Compartimos las mismas preocupaciones por la situación económica y social que atraviesa el país. Esa preocupación nos hizo encontrarnos, juntarnos a pensar y dialogar sobre qué Argentina queremos, pero, sobre todo, para construir un proyecto que supere a este presente insostenible. Representamos hoy al peronismo democrático, republicano y federal. Ese que siempre escuchó al pueblo, que aprendió de sus errores y supo renovarse y cambiar. Nos dicen que no hay alternativa. No es cierto, sí la hay», fue parte del documento que consensuaron ayer los dirigentes.
En la mesa de la oficina ubicada sobre avenida Del Libertador, en la zona de Retiro, se sentaron tres precandidatos presidenciales: Urtubey, Massa y Pichetto. El cordobés Schiaretti también suena como posible postulante pero, a diferencia del gobernador de Salta que no tiene reelección, se inclinaría por renovar en el Ejecutivo de su provincia. Más allá de compartir un crítico diagnóstico sobre la gestión de Mauricio Macri, justo en la jornada que el INDEC confirmó el aumento de la pobreza al 27,3% y el dólar volvió a cruzar la frontera de 40 pesos, el cónclave sirvió para empezar a diagramar la primaria abierta, simultánea y obligatoria que definiría a un candidato presidencial único de este sector.
En Unidad Ciudadana, el sello que inventó la expresidenta para ser candidata a senadora por Buenos Aires sin darle una primaria a Florencio Randazzo, esperan a que Cristina defina si será candidata presidencial. La gestión económica del Gobierno funciona como la campaña más poderosa del kirchnerismo, tanto que la exjefe de Estado ni siquiera necesita pronunciarse sobre la situación. En este esquema ya se definió que Máximo Kirchner será primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y que un intendente del conurbano (Martín Insaurralde/Verónica Magario) sería candidato a gobernador. Básicamente se repite el escenario electoral de 2015: Cristina es la figura que más mide en los municipios de la provincia de Buenos Aires y los intendentes la usarán como vehículo para blindar sus eventuales reelecciones y Concejos Deliberantes.
Sin embargo, Urtubey, Schairetti, Pichetto y Massa apuestan de nuevo a la «avenida del medio». El dato novedoso del próximo turno electoral radica en que este colectivo panperonista ensayará un armado «transversal» similar al que utilizó Néstor Kirchner para los comicios 2011 con la fórmula Cristina-Julio Cobos (UCR), con el apoyo de sectores del Partido Socialista. En este caso, para traccionar voto de la centroizquierda, el panperonismo racional teja a baja intensidad acuerdo con Margarita Stolbizer, excompañera de fórmula de Massa en la legislativa 2017, con Ricardo Alfonsín y con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz. Ayer en Rosario, Urtubey y Lifschitz (una potencial fórmula presidencial 2019) compartieron el panel «Cadena de Soja. Motor para el desarrollo de las provincias agrícolas» en el Seminario organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja.
La Argentina requiere poner más énfasis en las cosas que nos unen» indicó y remarcó que «la cadena de la soja es un socio estratégico en el diseño geopolítico que tenemos que plantear para los próximos años». El gobernador de Salta consideró necesaria la «reconfiguración de una sólida clase media rural y en ese marco el encadenamiento de valor, vital para entender la Argentina con una mirada más larga». Ambos mandatarios pidieron además garantizar seguridad jurídica y pusieron como ejemplo que hubo tres normas distintas en 40 días.
Más allá de la oxigenación del peronismo poskirchnerista y la instalación de un bloque que rompa la dicotomía electoral Macri-Cristina, el principal déficit de este armado político es el peso territorial. Massa viene de perder en Tigre, Schiaretti gobierna en la provincia donde tiene más peso electoral Cambiemos y Salta representa menos del 3% del padrón de votantes.