Desde hace mucho tiempo se escribe, y se seguirá escribiendo, sobre las manifestaciones desconocidas en la Estancia La Aurora. Desde hace más de 40 años, cuando se visualizaron las primeras apariciones lumínicas en el cielo de la zona y las marcas extrañas en el suelo de la estancia, sigue llegando gente con afán de ver “algo”, y algunos ven “lo que vinieron a ver”. ¿Por qué? Porque todo lo desconocido es de interés, porque todos quieren ver lo que otros vieron, o lo que nadie vio.
Son 44 años desde aquel 1976 donde aparecieron los signos del supuesto contacto extraterrestre y que el imaginario de la gente fue dando forma, a su gusto, a medida que el boca a boca crecía.
La estancia, ubicada al otro lado del río Daymán, sobre el camino que lleva a Tierras Coloradas, a Bella Vista y otros parajes rurales del norte de Paysandú, fue objeto de visitantes de todas partes del mundo que creían que la estancia era una zona de aterrizaje de naves extraterrestres. En sus alrededores acampaba gente de todas partes a como diera lugar, para observar, por las noches, como “aterrizaban las naves”. Obviamente, muchos se fueron sin ver nada, otros vieron algo, pero no sabían explicar lo que habían visto, y otros vieron lo que quisieron ver. Los más escépticos prefieren buscar explicaciones con alguna respuesta científica.
Aún hoy, por el cambio generacional, la gente sigue ávida por saber ¿Qué pasó en La Aurora? ¿Qué es lo que se ve por las noches? A veces leemos en las redes sociales comentarios de mucha gente sigue yendo de noche y viendo luces, formas, movimientos y vaya a saber cuántas cosas más; lo real es que científicamente no hay nada probado.
Los actuales propietarios de La Aurora, hijos de Don Ángel Tonna (fallecido) tampoco quieren ahondar en el tema, porque soportaron durante mucho tiempo la invasión a la privacidad familiar, solo los allegados a la familia saben lo que vivieron durante muchos años. Por eso prefieren guardar silencio sobre “ese” tema, y como decía don Don Ángel Tonna: “Cada cuál que saque sus propias conclusiones”.
Lo importante de todo esto es no mezclar los fenómenos acaecidos en La Aurora hace 44 años, y que para muchos siguen sucediendo, con los milagros del Santo Padre Pío, milagros que miles de fieles pueden dar fe de ellos. De todas maneras acá presentamos algunos testimonios de los misterios de estancia La Aurora.
LUCES POTENTES
El primer acontecimiento sucedido en 1976 fue cuando se divisaron las primeras luces, tan potentes que lastimaban los ojos de los asustados habitantes de la estancia. Según un relato llegaron a ver una fuerte luz circular de unos tres metros de diámetro que descendía en forma pendular. Unos instantes después ascendió de forma vertiginosa, introduciéndose en otra de mayores dimensiones. Casi al mismo tiempo del hecho narrado se produjo un apagón en la ciudad de Salto, a 10 kilómetros de la estancia.
Al día siguiente se pudo comprobar que en el lugar de la visualización el pasto estaba quemado de forma extraña, no como si hubiera habido fuego, sino como que una gran plancha gigante se hubiera posado en el lugar. Los postes y tramas de los alambrados estaban quemados, un perro calcinado, un motor eléctrico quemado, y un gigantesco ombú literalmente perforado al centro. Este ombú, vivo aún, que brinda mucha sombra, mantiene hasta el día de hoy la marca de aquella potente luz que acompañó un gran tronar. En ese gran hueco ingresaban diferentes especies de pequeños animales… pero no volvían a salir, allí morían, sin despedir olor a putrefacción, disecados.
CAMPAMENTO MILITAR
Ese mismo año se encontraron en la estancia tres eucaliptos caídos que marcaban como flechas un lugar especial. A Ángel Tonna esto le llamó atención, pero con el tiempo se olvidó del asunto. Unos meses más tarde se acercó al lugar un regimiento de soldados llegados de Montevideo que tras pedir autorización a Tonna acamparon al costado del río Daymán, lugar que supuestamente marcaban los tres eucaliptos caídos.
Lo que ocurrió la noche que acamparon no se sabe con certeza, y hoy integra parte de los misterios de la estancia. ¿Qué sucedió esa noche? Nunca se supo. Allegados a la estancia aseguran, al parecer, tuvieron una mala experiencia, un susto grande, que los llevó a retirarse sin revelar lo ocurrido.
Por Daniel Spinelli.
Publicado por Diario Cambio