Ayer nos enterábamos de un hecho indignante: el senador nacional Edgardo Kueider, conocido como «El Turco», fue detenido en Paraguay con más de 200 mil dólares cuya procedencia no pudo justificar. Este episodio es una muestra más de la impunidad que reina en un país con más del 50% de pobreza, un 18% de indigencia, y miles de niños que no tienen para comer.
Estos números desgarradores generan una profunda sensación de impotencia y bronca.
Personalmente, siento asco. Durante años hemos militado, entregado tiempo y sacrificio
bajo la creencia de que representábamos los valores de la justicia social. Sin embargo, nos
encontramos con dirigentes que, en lugar de honrar esos principios, se enriquecieron a
través de negocios turbios, traicionando al pueblo que juraron defender.
Soy militante político desde los 18 años y, a mis 30, veo con desprecio cómo la política, en
nombre del pueblo, termina siempre beneficiando a los mismos. Esto nos lleva a
preguntarnos: ¿dónde están los líderes del peronismo entrerriano en este momento? El
silencio ensordecedor de quienes deberían condenar estos actos genera aún más
indignación.
¿Dónde están los que hoy tienen una banca gracias al peronismo y levantan la mano una
vez por semana que no están alzando la voz para marcar una diferencia y repudiar este acto bochornoso? ¿Qué dice Gustavo Bordet al respecto?
Probablemente, seguirá mirando para otro lado, como lo ha hecho tantas veces. ¿Y dónde están aquellos que en tiemdónde están aquellos que en tiempos electorales se acuerdan de los militantes y después ni siquiera atienden el teléfono? Pero luego, son los primeros en hablar de peronismo y en proclamarse como los «iluminados» que tienen todas las soluciones para el pueblo. Ahora entendemos –aunque siempre lo supimos– por qué se aferran tanto al poder.
Tengo la tranquilidad de no deberle nada a nadie, y eso me da la libertad de decir verdades que a muchos incomodan. Sé que algunos intentarán «operar» en mi contra o enviarán a algún alcahuete a hacerles el trabajo sucio, como lo han hecho tantas veces, en su afán de «disciplinar».
Son especialistas en eso. Sin embargo, ya no me preocupa; mi piel está curtida.
El peronismo entrerriano atraviesa una crisis histórica, y es evidente que necesita una
reconstrucción profunda. Pero esa reconstrucción no vendrá de la mano de los mismos de siempre. Es hora de un cambio real, de un liderazgo que honre los valores que alguna vez nos motivaron a militar y a soñar con una sociedad más justa.
La hipocresía y el silencio no nos representan. Es momento de alzar la voz y construir un peronismo que vuelva a ser del pueblo y para el pueblo.
Inda Kevin
Consejero PJ Concordia
Militante Peronista