
La “modernización” laboral que propone el gobierno es la máxima expresión del liberalismo capitalista explotador y esclavista. Se trata de avasallar derechos conquistados y establecidos legalmente y concebidos, para llevar a cabo una transferencia multimillonaria al sector empresarial y por ende al mercado quién es el que realmente gobierna el país.
Modernización significa la total pérdida de Derechos instaurados en la Constitución Nacional de la República Argentina que protegen al trabajador de la voracidad del capital en manos de unos pocos y en detrimento de todos los ciudadanos de bien.
La reforma o la derogación lisa y llana de leyes laborales es sumamente cuestionada por la inmensa mayoría de la sociedad y sus instituciones intermedias. Esta oprobiosa intención del gobierno nos retrotrae al siglo 19 y principios del siglo 20 cuando los terribles abusos patronales y los regímenes políticos de entonces fueron causa de la rebelión obrera en sucesos trascendentales de la historia tales como “La Patagonia Rebelde”, la “Semana Trágica y “Quebracho” en el noroeste argentino.
La reforma de referencia perjudica directamente el Derecho Colectivo de los sindicatos, federaciones y confederaciones de los obreros y empleados organizados.
Se oculta tras, la argumentación, que se hace en beneficio de los trabajadores, de la creación de empleo de calidad y de las Pymes. Sin embargo, la flexibilidad en el ingreso y egreso, en una negociación descentralizada a nivel de empresa, lo único que hace es debilitar la aptitud negociadora de los trabajadores.
Se pretende la derogación del Estatuto del Viajante de Comercio, la Ley del Teletrabajo y el Estatuto del Periodista Profesional, histórico protocolo promulgado en 1946 (Ley 12.908) que es ejemplo en todo el mundo civilizado, ícono de la libertad de prensa y expresión del pensamiento libre que regula las funciones, condiciones, derechos y garantía de los profesionales periodistas.
¡Cuidado! Se trata de un cambio en el funcionamiento social, en el modelo de sociedad y no solo en una reforma laboral.
Iniciativas de ese tenor han sido un rotundo fracaso en la historia argentina (léase la Ley Banelco en el año 2000). No existe un solo dato que muestre virtuosidad en esa propuesta similar a la que se tratará ahora, ni aumento de productividad, ni mejores condiciones para trabajadores y empresas ni mucho menos para crear lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) denomina “Empleo decente”.
Esta ignominiosa iniciativa gubernamental debilita enormemente la negociación colectiva hasta su mínima expresión, lo que significa un retroceso estructural. Por ello, detrás del escenario de estas marionetas, se mueven peligrosa y temerariamente otras intenciones tras la máscara, algo mucho más profundo e insondable que una simple “modernización laboral”.
La propaganda oficial miente descaradamente. Nuestro presente y el futuro de nuestros descendientes están en grave peligro.
La tan cacareada “Libertad” se cae a pedazos cuando la realidad nos muestra que trabajadores que tienen en sus manos la educación de los ciudadanos, la seguridad o salud por citar a algunos, y ni hablar de nuestros jubilados perciben salarios que están por debajo de la línea de pobreza.
CONSEJO EJECUTIVO
CONFEDERACION GENERAL DEL TRABAJO
C.G.T. REGIONAL CONCORDIA

