Como la norma todavía no está en vigencia, fue necesaria una resolución judicial. La intervención médica la realizó un equipo de la Fundación Favaloro, que confirmaron que el trasplante renal con donante vivo ha mostrado mejores resultados que los obtenidos con donante fallecido
El trasplante cruzado renal es el segundo que se hace en el país, tras el de 2015, cuando no había una ley de donación de órganos
Una nueva hazaña protagonizó el equipo de profesionales de la Unidad Renal del Hospital Universitario Fundación Favaloro cuando realizó, el 31 de julio pasado, el segundo trasplante renal cruzado en nuestro país entre dos pares de donante-receptor.
El cruce de donantes permitió la realización de 2 trasplantes simultáneos compatibles ( el receptor del par 1 tenía a su esposa donante con la que presentaba incompatibilidad de grupo sanguíneo ABO; el receptor del par 2 disponía de su hermana donante también con incompatibilidad ABO con él.
La donante del par 1 era compatible con el receptor del par 2, y la donante del par 2 era compatible con el receptor del par 1). Los dos donantes fueron dados de alta hospitalaria el viernes 3 de agosto, en excelente estado clínico, y los dos receptores regresaron a sus hogares el lunes 6 de agosto, cursando una evolución post trasplante normal, recuperando función renal y sin necesidad de diálisis.
El doctor Pablo Raffaele, jefe de la Unidad Renal en la Fundación Favaloro, que encabezó el trasplante renal cruzado
«La realización del cruce permitió evitar intensos tratamientos de desensibilización para realizar los trasplantes entre los pares directos incompatibles. Estos tratamientos aumentan la inmunosupresión necesaria para realizar el trasplante, incrementando los riesgos en el receptor ligados a la inmunosupresión y los costos al sistema de salud relacionados con los tratamientos complementarios de desensibilización», expresó el doctor Pablo Raffaele, jefe de la Unidad Renal.
Los primeros trasplantes renales cruzados de Latinoamérica se realizaron en la Fundación Favaloro el 28 de marzo de 2015. En esa oportunidad, en ausencia legal y reglamentaria para esa técnica, este procedimiento se practicó dentro del Programa de Optimización del Donante Vivo Renal del Hospital Universitario Fundación Favaloro, aprobado por el Comité de Bioética de la misma Institución en Acta 496 del 14/01/2015.
Después de ese inicio, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) reglamentó -con la resolución 435/17 de fecha 10 de octubre de 2017- el Programa de Donación Cruzada en la Argentina, siendo los trasplantes que comunicamos hoy los primeros que se realizan bajo esta norma, aún sin vigencia la nueva Ley de trasplante 27.447 (llamada Ley Justina), por lo cual fue necesario la aprobación judicial para este cruce de donantes.
Con esta Resolución el Incucai, asesorado por su Comisión Asesora de Trasplante Renal, dio el marco adecuado para el desarrollo ordenado de esta estrategia de trasplante renal con donante vivo, creando y reglamentando un Registro Nacional de pares donante-receptor para pares que quieran participar en un intercambio a fin de mejorar las condiciones del trasplante.
Una nueva norma para dar vida
La nueva Ley incluye en su artículo 23 la donación cruzada, por lo que desde su vigencia no será necesaria la intervención judicial para el trasplante cruzado entre pares registrados.
La norma vigente contempla la inclusión no solo de aquellos pares con incompatibilidad de grupo sanguíneo ABO o por anticuerpos de histocompatibilidad en el receptor contra el donante, sino también los que presenten poca compatibilidad y quieran mejorar la compatibilidad participando en el Programa, así como aquellos pares con una diferencia de edad entre donante-receptor > 20 años de edad o diferencias de tamaño corporal con > 30 kg. de peso.
Raffaele señaló que «como lo comentáramos recientemente en la Revista de la Sociedad Argentina de Trasplante, el trasplante renal con donante vivo ha mostrado mejores resultados que los obtenidos con donante fallecido, tanto en las publicaciones internacionales, como los informados por el Incucai en nuestro medio. Estos resultados se mantienen aunque el donante no esté genéticamente relacionado, como lo demostró ya en 1995 el Profesor de la Universidad de California, Paul Terasaki».
Se ha estimado que el 30% de los pacientes que cuentan con un donante vivo presentan con su donante directo algún tipo de incompatibilidad, ya sea de grupo sanguíneo ABO o ligada a la presencia de anticuerpos de histocompatibilidad contra su donante.
Esta limitación puede superarse con tratamientos de desensibilización farmacológicos y por extracción de los anticuerpos del suero del receptor previos al trasplante, pero aumentando los riesgos médicos para el receptor y los costos económicos del trasplante.
«El intercambio entre pares donante-receptor en un Programa de Donación Renal Cruzada es una herramienta ya propuesta en EEUU por Rapaport en 1986, y que ha demostrado ser una razonable manera de optimizar los donantes vivos disponibles, mejorando los resultados del trasplante con una reducción de los riesgos de los receptores sin aumentar los de los donantes», aclaró Raffaele.
Y agregó: «Esto se ha podido observar en los reportes de los distintos Programas de Donación Renal Cruzada del mundo, como el de la Organización Nacional de Trasplante (ONT, ) de España; el Dutch Living Donor Kidney Exchange, de Holanda; el UK Paired Donation Scheme del Reino Unido; el Programa de Canadá, y el de diferentes registros norteamericanos, entre otros».
Raffaele estimó que «la posibilidad de participar en el Programa no solo para los pacientes con donantes incompatibles, sino también aquellos que decidan beneficiarse con un mejor emparejamiento en edad, peso o histocompatibilidad permite aumentar el número de pares inscriptos, mejorar las oportunidades de encontrar donantes para los pares incompatibles y optimizar los resultados para los pares con grandes diferencias en compatibilidad, peso o edad».
Los órganos, tejidos y huesos que pueden ser donados
Y precisó que «el Programa Nacional de Donación Renal Cruzada del Incucai, iniciado con los trasplantes que reportamos hoy, es un aporte significativo para mejorar el acceso al trasplante como tratamiento de reemplazo de la función renal. La optimización del trasplante con donante vivo no debe ser una razón para disminuir nuestros esfuerzos en continuar aumentando el desarrollo del trasplante con donante fallecido, sino una herramienta complementaria para mejorar el acceso al trasplante de nuestros pacientes».