Troncoso posicionó a los intendentes de Paraná, Federación y Villaguay como referentes para liderar al justicialismo

El Ministro de Gobierno y Trabajo de la Provincia Manuel Troncoso, una de las piezas políticas más importante del equipo de trabajo del Gobernador Rogelio Frigerio, posicionó al Intendente de Federación Ricardo Bravo, junto al Intendente de Villaguay Adrián Fuertes y a la Intendenta de Paraná Rosario Romero, como los principales referentes para liderar al Justicialismo en el rol de oposición en la Provincia, en una nota periodística, realizada por “Letra P”, en la cual abordó numerosos temas y donde realizó un balance del primer mes de gestión del Gobierno de Frigerio.

Recordemos que hace unos días el Intendente Bravo mantuvo una reunión de trabajo con el Ministro Troncoso para avanzar en un trabajo articulado, en donde ambos coincidieron en establecer una agenda de acciones, la cual será muy amplia, para trabajar en conjunto.

Nota completa de “Letra P”

Manuel Troncoso: «En Entre Ríos no hay lugar para el tirapiedrismo»

El ministro político de Frigerio habló con Letra P sobre el primer mes de gobierno. Balance positivo de la gestión. A quién ve como líder de la nueva oposición.

Manuel Troncoso es uno de los funcionarios más dialoguistas de todo el gabinete de Rogelio Frigerio. Designado hace un mes como ministro de Gobierno, sus orígenes en el peronismo y su trayectoria como abogado laboralista lo posicionaron en un lugar de poder muy cercano al gobernador. Por esa confianza, fue en quien Frigerio depositó la responsabilidad del vínculo con los intendentes de Entre Ríos.

A Troncoso lo describe, en buena medida, su vocación literaria. Tiene seis libros publicados: cuatro de poesía; una novela; y uno sobre derecho laboral. Su impronta poética es evidente cuando habla. Amable y carismático, se define “frigerista convencido” y recurre a la semántica para explicar lo importante del diálogo: “En el reconocimiento del otro está la clave para hacer política”, asegura.

-El gobierno venía con una impronta de gestión que se encontró con un gran freno de mano dado, según plantearon, por la situación financiera de la provincia. ¿Cuál es el primer balance de gestión?

-El ritmo no se cortó mucho. Cuando empezamos con la transición formal nos encontramos con dos escenarios: uno el que podía ser el verdadero, y otro el que el gobierno anterior nos decía que había, que no parecía tan acuciante desde lo económico. Pero apareció el escenario que nos encontramos: nos tuvimos que endeudar para pagar salarios de diciembre y también para pagar la deuda en dólares que vence en febrero. Las cuentas no estaban en orden y nos tenemos que adaptar.

-¿Cómo incide esta realidad con el plan de gobierno? Hablaban en campaña de transformar la provincia y por ahora pareciera que la gestión está reducida a tapar baches.

-En situaciones así hay que ser creativos y aprender que no solamente se hace política con dinero en las cuentas. Esa es una situación ideal, pero no es el caso nuestro. Estamos haciendo muchísimo sin un peso. Lo que hicimos con claridad fue poner en la mesa esta realidad, para decir: “queremos ir para acá, pero este es nuestro punto de partida”. Involucramos a intendentes y presidentes de comuna para que estén todos al tanto. También con los sindicatos, para que el diálogo sea constante. Y estamos pensando en medidas que más que dinero, necesitan voluntad política.

-¿Qué medidas? Porque se frenó bastante el impulso al paquete de leyes anticorrupción que anunció el gobernador en su discurso de asunción.

-Estamos trabajando fuerte en un proyecto de Boleta Única, eligiendo cuál es el modelo que queremos trabajar, quizás sea un modelo con características locales únicas, pero diferente a las de Santa Fe, Mendoza o Córdoba. Estamos analizando el sistema con constitucionalista y un equipo, pero la idea es que sea un sistema entrerriano de Boleta Única. Ficha Limpia iría en ese paquete de medidas que vamos a mandar en febrero, junto con el proyecto de ley de transición para encorsetar las medidas que puedan tomar funcionarios en el ultimo año de campaña, para que no tengan un impacto político, como pasó con el caso de Adán Bahl que después de ser senadores o diputados se pasan ellos u otros a planta permanente.

-¿Cómo es la relación con el gobierno nacional? ¿Hay otros puentes tendidos más allá de la relación personal entre Frigerio y Javier Milei?

-Queda todo en manos de Frigerio, porque hay un vínculo fuerte de respeto entre ellos. Quien explora esa relación es él, él tiende el puente y cualquier cosa nos llama a los ministros. Desde un principio creemos que con la fragilidad que hay en la Argentina, es importante dar gobernabilidad. Se dan casos de gobiernos locales con un signo político, provinciales con otro y el nacional con otro. Tenemos que darnos una mano entre todos, sobre todo en un gobierno nacional que entró ganando por mucho más de lo que pensamos muchos. Milei entró con mucho crédito, aunque sabemos que en la Argentina el capital político te lo podés dilapidar en días.

-¿Con cuánto capital político entró Frigerio?

-Nosotros, con mucho. Torcimos el patrón político de 20 años y la sociedad apostó por nosotros. No es lo mismo cambiar después de ocho años que después de 20. Eso es una responsabilidad muy grande y hay una cuestión que es muy notoria. En la calle, cuando caminás con Rogelio, es muy impresionante cómo la gente se referencia con él y da un mensaje de aliento y esperanza. Es hasta conmovedor. Su figura amortiza inclusive el impacto de lo nacional. Saliendo del microclima de la política, esto es lo que veo en la calle, que es lo mismo que nos daba la pauta en campaña de que íbamos a ganar. Eso seguimos viendo hasta el día de hoy, inclusive en este contexto tan delicado de inflación, sin plata. No fue un fin de año fácil, y aun así hay una clara identificación con su gobierno.

Peronismo como oposición

-¿Qué peronismo imagina como oposición?

-Hasta ahora veo un peronismo razonable, así como nosotros estamos actuando a nivel nacional. Hay algo que es cultural: en la provincia nosotros tenemos que aprender a ser gobierno y el peronismo a ser oposición. Es interesante esto de la semántica: pareciera ser que siendo minoría tenés que oponerte por definición, y yo creo que no, que las minorías de gobierno son minorías, pero no necesariamente deben tener la práctica de oponerse a todo. Tenemos que lograr una gimnasia de gobierno y necesitamos oposiciones responsables. Es un momento tan crítico que no hay lugar para el tirapiedrismo, tenemos que ver como salimos entre todos. Cada uno se tiene que hacer responsable de lo que le toca. Yo veo que Rogelio muchas veces se ha hecho cargo de cosas del gobierno de Mauricio Macri y creo que también es importante que el peronismo se haga cargo de cosas del gobierno peronista, pero no por pedir perdón si no para hacer un ejercicio introspectivo de autocrítica.

-¿Ve a alguien liderando en la provincia ese peronismo razonable?

-Quizás todavía sea prematuro hablar de recambios, pero veo casos como Adrián Fuertes -intendente de Villaguay -, que es un dirigente tremendamente identificado con el peronismo, pero con una impronta muy propia; o Ricardo Bravo de Federación, un intendente muy joven que es un buen exponente; no descarto a Rosario Romero, una mujer gobernando la capital, es una persona muy centrada y dialoguista. Hay buenos elementos, pero no se quien conducirá el peronismo.

-De Concordia nadie….

-Es una situación particular la de Concordia, pero qué sano que pase esto. Es un llamado a reconstruirse. No es sano que gobierne 40 años el mismo signo político.

-Si tuviera que puntuar de 1 a 10 el primer mes de gestión, ¿Cuánto le daría?

-Venimos con el día a día, sin poner expectativas tan altas porque acá no va a haber fórmulas mágicas ni resultados mágicos. Yo nos pongo un 8.

-Alto…

-Estoy muy conforme con la relación expectativa / realidad. Hay que resaltar y quiero dejar en claro que el acompañamiento sindical que venimos teniendo es muy bueno, en comparación con otras provincias que están atravesando un nivel de conflictividad alto, acá nos están acompañando la UOCRA y la Cámara de la Construcción, que denota responsabilidad de parte de ellos.

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