Un colegio en debate: el apartamiento de un profesor abre preguntas sobre protocolos y silencios

La comunidad educativa del Colegio Mitre atraviesa horas de tensión tras la decisión de apartar de su cargo al profesor de música Alan Céspedes. La medida generó desconcierto entre alumnos y padres, que salieron públicamente a expresar su rechazo y a cuestionar el accionar institucional.
El hecho se desencadenó luego de que el docente interviniera de manera particular en un caso de presunto maltrato infantil que involucraba a una alumna. Según trascendió, Céspedes intentó acompañar a la menor brindándole contención y alentándola a animarse a hablar o denunciar la situación. Ese gesto, sin embargo, se transformó en motivo de conflicto: el padre de la niña se presentó en la institución con un fuerte reclamo, y a partir de allí el colegio resolvió apartar al profesor.
El docente y su trayectoria
Lejos de la polémica, lo cierto es que Céspedes es un docente reconocido en la comunidad por su carisma y su cercanía con los alumnos. Ha trabajado en distintas instituciones educativas, tanto públicas como privadas, siempre destacándose por su entrega y compromiso.
Su vida también está atravesada por la música: integra una banda de cumbia local, y ha participado como servidor en ministerios musicales en festividades religiosas, lo que refuerza la imagen de un educador vinculado no solo a la enseñanza académica, sino también a espacios comunitarios y espirituales.
El descargo de los padres
Lejos de quedarse en silencio, un grupo de padres emitió un comunicado donde respaldan al docente y cuestionan la postura de la escuela. El texto completo expresa:
Comunicado de Padres
Concordia, 4 de octubre de 2025
Los padres de alumnas del Colegio Mitre queremos expresar nuestra profunda preocupación y desacuerdo ante la reciente decisión de apartar de su cargo al profesor de música Alan Céspedes, quien durante años se ha destacado por su calidad humana, su compromiso con la educación y su coherencia con los valores cristianos.
Es importante aclarar que, según lo informado por las propias autoridades del colegio, no existe ninguna denuncia ni acusación de carácter inapropiado o de abuso hacia el profesor. Su apartamiento se vincula a cuestiones administrativas, aunque entendemos que también influyó el hecho de que intentó intervenir y brindar ayuda ante una situación de presunto maltrato que estaría atravesando una menor, actitud que tuvo siempre en el marco del cuidado y la preocupación genuina por el bienestar de sus alumnos.
Quienes hemos compartido el ámbito escolar con el profesor Céspedes damos testimonio de su entrega, su empatía y su compromiso genuino con las niñas y adolescentes. Su accionar siempre estuvo guiado por el deseo de acompañar y contener, valores que como padres consideramos fundamentales en la tarea educativa.
Queremos agregar que hubo un protocolo que no fue activado correctamente por el colegio, ya que la menor involucrada no es alumna del profesor Céspedes en el Colegio Mitre, sino que pertenece a otro ámbito escolar. Esta situación evidencia un error en el manejo institucional que genera preocupación y exige mayor rigurosidad en la activación de protocolos para casos de riesgo.
Nos preocupa, además, que no se haya actuado con la misma celeridad y compromiso para garantizar la protección integral de la menor involucrada, priorizando la intervención y el acompañamiento que toda situación de vulnerabilidad requiere.
Como comunidad de padres, solicitamos que se restablezca la verdad sobre los hechos, se limpie públicamente el buen nombre del profesor Alan Céspedes, y que se reafirme el compromiso institucional con los valores humanos y cristianos que deben guiar toda acción educativa.
Atentamente,
Grupo de Padres Colegio Mitre
Una decisión que repercute
La medida no solo generó repudio: también motivó gestos concretos de los padres. El pasado viernes, en señal de protesta y acompañamiento, resolvieron cancelar un evento musical que estaba programado. “No podemos hacer como si nada pasara mientras nuestras hijas lloran por su profesor ante esta injusticia”, señalaron algunos de ellos.
Otras familias han mencionado, que el padre de la menor al ser dueño de una reconocida pizzería de concordia llevaría como “gesto” cuestionable, productos de su local a las monjas de la institución para no activar los protocolos o “hacer la vista gorda” a las presuntas marcas que tendría la alumna. Sin embargo, más allá de los rumores que circulan sobre vínculos personales y silencios institucionales, lo que quedó en evidencia es la necesidad de revisar los protocolos y de preguntarse si se está priorizando verdaderamente el cuidado de los niños y adolescentes.
El caso Céspedes abre un debate incómodo en la comunidad educativa: ¿qué pasa cuando un docente decide involucrarse más allá de lo estrictamente pautado? ¿Cuál es el límite entre el deber institucional y la responsabilidad humana?

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