Tenemos la necesidad de expresar el «repudio» frente a las acciones concretas que se han realizado contra el ministerio de música y canto, que juntas venimos realizando, en un contexto de noble servicio, responsable, carismático y sincero; como así tambien decisiones arbitrarias, autoritarias y desleales con respecto al retiro que llevará a cabo el predicador Gabriel Rinaudo en nuestra ciudad, quien, con claro desconocimiento de nuestras vidas, tambien se sumó a la lista de personas que nos han discriminado y peor aún, llevado nuestros nombres a los distintos escalafones de la Renovación Carismática Católica de nuestra ciudad, diocesana, regional y nacional. Repudiamos y lamentamos que los sacerdotes: José Luis Bogado y Pedro Todone hayan sido parte de todo este desmadre que se generó simplemente porque el grupo Corazón de María de la parroquia a la que pertenecemos (la Gruta), organizador de tal evento, nos había propuesto para servir desde nuestro canto.
Hacemos un llamado o un grito de pedido a cada una de las personas que forman parte de la comisión de la RCC diocesana, cuya coordinadora es la señora Liliana Martínez de la ciudad de Chajarí, revean en sus corazones que los motiva a obrar por vez tercera en este hecho de aberrante DISCRIMINACIÓN.
SÍ señores, por primera vez estamos viviendo en carne propia lo que tantos hermanos y hermanas viven dentro y fuera de nuestra iglesia católica. Francisco, nuestro papa ha dicho una y mil veces que seamos una iglesia «en salida», es evidente que hay un gran sector de la grey católica que claramente lo aplican para separar, discriminar, marginar, excluir a quienes ellos no consideran en igualdad de condiciones. Se han sentado en reiteradas reuniones por zoom a juzgar y decidir si somos dignas de tocar nuestros instrumentos y hacer cantar al pueblo; han dedicado horas en juzgar o poner en duda nuestra dignidad de mujeres cristianas.
Agradecemos que hayas leído hasta el final y los distintos gestos de nuestros hermanos y hermanas que se han solidaridarizado con nosotras, pero solidarizarse ya vemos que no es suficiente, esto no puede seguir tolerándese dentro de una iglesia cristiana cuyo líder proclamó EL AMOR. Un abrazo fraterno, Andrea y Silvia.
Un homenaje a la humildad, la mansedumbre y el amor el que han escrito aquí hoy. Andrea y Silvia, libre y dignas hijas del Creador, Dios es amor y en sus acciones nos muestra el camino. Sigan cantando y contando sus historias, que son la realidad que hoy se vive en nuestro conglomerado, que poco a poco y siguiendo este ejemplo de valentía, se irá transformando en una bella y fortalecida comunidad. Dios entre nosotros.