Carta de los trabajadores de la educación

Sobre los cuadernillos y las declaraciones del ministro Ballay y el presidente del CGE Müller.

En estas últimas semanas llegaron a nuestra provincia los “cuadernillos impresos para estudiantes en situaciones de vulnerabilidad” tan mencionados por el Ministro de Educación Nicolás Trotta y el CGE.

La serie que consta de 9 cuadernillos: 2 de educación inicial, 4 de primaria y 3 de educación secundaria, forma parte del programa “Seguimos Educando” y se complementa con los programas de TV y radio que se emiten diariamente como la televisión estatal, el canal Encuentro y PakaPaka.

Se hace necesario hacer un análisis concreto de esta situación en varios aspectos:
En primera instancia debemos partir de que esta situación de pandemia nos encontró con un sistema educativo en degradación y precarización por donde se lo mire, y en la que el gobierno nacional y los provinciales, no han hecho otra cosa más que improvisar, profundizando la crisis social y educativa que era preexistente a la pandemia. No hubo una mínima preparación ni transición, entramos de manera caótica e improvisada a la cuarentena. El último día de clases, con los/as estudiantes en las escuelas, fue el viernes 13 de marzo. Ningún miembro de las comunidades educativas tenía el conocimiento preciso de que ése sería el último día de clases “presenciales”.

Recordemos que al principio, los voceros del gobierno insistían en que las clases no debían suspenderse porque los niños no eran un factor de riesgo por el Covid-19, porque eso complicaría la situación a adultos mayores que podrían contraer la enfermedad con cierta gravedad, al quedarse al cuidado de los niños si se suspendían las clases, y porque la escuela debía mantener la continuidad pedagógica y alimentaria. Un disparate que quedó de manifiesto muy pronto y que “sorprendió” al ministro Trotta. Luego de decretado el cese de clases, no debemos olvidar que desde el CGE y sus funcionarios insistían que teníamos que permanecer en las escuelas, pero fue el repudio generalizado, nuestras denuncias y oposición efectiva y concreta a esta arbitrariedad, lo que logró que hiciéramos la cuarentena en nuestros hogares.

En segunda instancia, los y las docentes somos conscientes de que el proceso de enseñanza y aprendizaje no es una mera elaboración y ejecución de consignas, sino que cada alumno/a lleva adelante un proceso individual que requiere de infinidades de intervenciones, tanto individual como grupal, con diversos materiales y recursos en torno a lo planificado, y que este complejo proceso que llevamos adelante en las escuelas es imposible de hacerlo “virtualmente”. Lo que nos lleva a la conclusión de que todos los ministros de educación que afirman, que “estamos enseñando”, o están mintiendo alevosamente, o simplemente desconocen lo que implica enseñar y aprender.

Ante la situación de crisis educativa, la actual pandemia, cuarentena y suspensión de clases agiganta las diferencias en el acceso al conocimiento y los bienes culturales. La brecha digital preexistente se agudiza en estas circunstancias. Se muestra en forma concreta la política de todo el régimen, respecto a la educación, cuando no han garantizado el acceso a computadoras, el acceso universal y gratuito a la red de internet para docentes y estudiantes, en todas las instituciones y todos los hogares, en llevar adelante una capacitación concreta, efectiva y real de alumnas, alumnos y docentes que hubiesen permitido afrontar esta situación con otras herramientas. Hablar de “virtualidad” sin garantizar desde el Estado todos los medios necesarios es una mentira.

En lo que respecta a su contenido podemos notar que en general, no se ajusta a las realidades de los alumnos a los que pretende dar respuesta, presentando actividades que requieren el uso de internet, como así tampoco en la selección, priorización y secuenciación de los contenidos para cada grado/año suponiendo aulas cognitivamente homogéneas y dando por sentado que todos los/las estudiantes cuentan en la familia con un adulto que pueda guiar y acompañar dichas actividades, lo que trae aparejado, de no haberlo, un sinfín de dificultades a la hora de resolverlas . Además, dejan afuera a la enseñanza para adultos, a las áreas estético expresivas, idiomas y a la modalidad especial (tan necesaria para la inclusión de niños en la escuela común, y ya golpeada por la falta de cargos).

En el caso de secundaria se produce un avance en línea con el planteo del gobierno anterior “Secundaria 2030” al profundizar la degradación educativa extinguiendo los contenidos propios de cada ciencia en áreas y donde los mismos son para todo el ciclo sin distinción de años. No se hace una distinción en las modalidades de los ciclos orientados, para todas las instituciones educativas son los mismos.

A lo anteriormente mencionado se le suma que llegaron en cantidades muy limitadas y no cubren a la totalidad de los estudiantes y que vienen a sobrecargar aún más la tarea docente que además de los diferentes dispositivos implementados para sostener “las clases virtuales” como Classroom, whatsapp, páginas web, entre otros, que están demandando a los y las docentes dedicación de tiempo completo, y utilización de recursos propios, ahora deben dar respuestas a las demandas generadas por este material ajustando sus planificaciones a los contenidos propuestos, que distan significativamente de las propuestas elaboradas en las diferentes instituciones.

Para la distribución de este material desde el CGE han implementado dos mecanismos: a través de las escuelas y de los supermercados de algunas cadenas.
Esta última forma de reparto es una medida marketinera que busca beneficiar a algunas cadenas de supermercados de alcance nacional –vidrieras mediante- y que busca embellecer la grave situación que atraviesa la educación a nivel provincial en esta etapa, debido a la falta de recursos y presupuesto, y la precarización docente.

Es una situación gravísima por donde se la mire, en la que se obliga al personal docente y padres a romper la cuarentena, y a exponerse al contagio. Y es avalada por el mismo CGE, que convoca a través de las direcciones departamentales al personal directivo a retirar los materiales y distribuirlos, sin otorgarles permisos de circulación ni medidas de protección.
Es el estado el que diseñó este material impreso y por lo tanto es el responsable de organizar su distribución en condiciones de seguridad e higiene.

Para agravar aún más la situación, el presidente del CGE, Martin Müller con todo desparpajo, y temerariamente declara que “la provincia puede ser una de las primeras en volver a las aulas«prudentemente ”.

A este marco de crisis educativa, hay que agregar que el gobierno de Bordet (Frente de Todos) suspendió las paritarias, dejando al conjunto de la docencia de Entre Ríos, con un salario pulverizado por la inflación, con el agregado de las declaraciones del ministro de economía, Ballay quién admitió que “no hay plata hoy para pagar deudas salariales .” Un llamado de alerta para los estatales, ya que se pone en duda el pago de los salarios correspondiente al mes de abril. Una verdadera provocación para los docentes, que seguimos acompañando a nuestros alumnos/as en peores condiciones que antes, ya sea por las dificultades pedagógicas, o porque nos quedamos sin ingresos (debido a la suspensión de concursos), o uno misérrimo, y que colaboramos socialmente en las escuelas.

El gobierno tanto Nacional como Provincial, deben preocuparse menos por el marketing político y más por dar respuestas concretas a la demandas de que se garantice la tarea educativa posible y necesaria en el marco de la pandemia

QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS

Junto al reclamo de recursos pedagógicos y didácticos para afrontar los desafíos de la cuarentena, defendemos nuestro planteo de que no debemos ser los trabajadores los que paguemos la crisis. Planteamos que debe haber continuidad salarial para todos los docentes que perdieron cargos u horas, con salario de emergencia de $30.000, continuidad de la obra social y de la discusión paritaria.
Que el salario se ajuste YA ! por la inflación pasada y la actual, cláusula gatillo y salario básico unificado nacional de $ 40.000. Ningún despido, ni en el estado ni en la enseñanza privada. Pago en tiempo y forma. No a los atrasos ni a la cuotificación de los pagos. Ninguna rebaja salarial.
Provisión de alimentos a todos los/as alumnos/as, Universalización a toda la matrícula y provisión acorde a las necesidades de nutrición de las familias de nuestros alumnos. Condiciones de salubridad para quienes sostienen esta tarea.

Planteamos que:

La continuidad pedagógica, en todas sus formas, debe realizarse en el marco de una actividad institucional, garantizada por el Estado. Se debe brindar cobertura de las necesidades de la comunidad educativa y plataformas para llevarlas a cabo. Esta emergencia no reemplaza al dictado presencial de clases.
Rechazamos los controles y las presiones, en el marco de esta situación inédita e irregular, que ejercen las autoridades del CGE sobre docentes y estudiantes.
Se debe triplicar el presupuesto educativo y de asistencia social ,con el fin de resolver la crisis de infraestructura y cumplir con los 12 puntos de escuelas seguras establecido por paritaria entre Ctera y el Estado oportunamente.

Exigimos:
Dejar de pagar la deuda externa. Impuesto a las grandes fortunas y bienes suntuarios.
Concentración de todos los recursos, en función de las necesidades sanitarias, sociales y educativas de la población trabajadora.

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