Grandes empresas de productos masivos comenzaron a restringir la reposición de productos en las góndolas de los supermercados. El estallido del dólar provocó un descalabro en el sistema general de precios de la economía y las empresas, por precaución, están a la espera de que el panorama se estabilice.
Al igual que ocurre en gran parte de la cadena de pagos en las actividades industriales, las empresas se enfrentan al riesgo de mandar a reponer sus productos en las cadenas de retail, con un valor del dólar determinado, y que cuando cobren ya se encuentre a otro valor superior. Sin llegar al punto de que haya desabastecimiento, igualmente, en el sector supermercadista advierten que no se están reponiendo productos, con lo cual, es factible que los consumidores vean faltantes en los próximos días, si el gobierno no logra frenar la escapada del billete norteamericano.
Victor Fera, dueño de Maxiconsumo y productos Marolio, advirtió que «los proveedores suspendieron las ventas porque no saben cuál es el valor de dólar, han perdido la confianza en la economía».
En todas las empresas, sobre todo las de consumo masivo, también se enfrentan al problema de la caída de las ventas. La retracción del consumo es tan fuerte que se encuentran con el riesgo perder aún más ventas si tratan de trasladar la devaluación del peso a los precios.
La caída del consumo interno es palpable en el sector supermercadista, donde los margenes de rentabilidad son acotados por cada producto, lo cual obliga a tener una alta rotación. Por otro lado, las cadenas de retail demoran el pago a sus proveedores, lo cual genera mayor grado de incertidumbre a las proveedoras.
Algunas cadenas de valor de las empresas se encuentran totalmente dolarizadas, como en el caso de las fabricantes de bienes de capital, pero en otros casos, como fabricantes de juguetes, las empresas le venden a minoristas y cobran en pesos, lo cual les genera un descalce de monedas.
En cualquiera de los dos casos, la falta de precio del dólar, genera un freno total de operaciones. De hecho, el secretario de la Cámara Argentina de la Maquina Herramienta (CARMAHE), Pedro Cascales, dijo que «en estos días está todo frenado». No se están realizando operaciones. No se están reponiendo insumos, y las que exportan tampoco liquidan porque no saben a qué precio está la divisa.
Juan Carlos Ferrero, fundador de la empresa BAW, fabricantes y comercializadora de equipos de soldaduras, aseguró que las pymes «no podrían seguir sosteniendo su actividad en otro semestre con estas características».
La única luz que están viendo a lo largo del túnel varias pymes del sector industrial es que con el tipo de cambio tan devaluado y con la capacidad instalada ociosa, que en algunos casos llega al 50%, la salida puede llegar de la mano de la exportación.
Por el momento, en la Secretaría de Comercio se está siguiendo el tema de cerca pero no se anticipan medidas.